Proteger y conservar terrenos del karso puertorriqueño es parte fundamental de nuestra misión.
CDK tiene una larga trayectoria en la conservación de terrenos. Colaboramos en la adquisición de las salinas de Cabo Rojo, área importante para las especies de la avifauna acuática.
CDK maneja dos reservas naturales privadas: la Reserva Natural Mata de Plátano (110 cuerdas) y la Reserva Natural El Tallonal (294 cuerdas), ambas ubicadas en el municipio de Arecibo.
Además, tenemos un acuerdo colaborativo con el Servicio Forestal de los Estados Unidos para la conservación de la franja kárstica del norte de Puerto Rico, a través del Programa de Legado Forestal del Servicio Forestal en el cual CDK ha ayudado al DRNA a comprar fincas privadas utilizando las normas de tasación del gobierno federal. Hasta el 2019, CDK ha identificado más de 500 fincas elegibles para adquisición en lo que se conoce como el Área de Legado Forestal Caonillas-Dos Bocas y ha facilitado la adquisición de más de 2,800 cuerdas.
También ha ayudado en la creación de varias servidumbres de conservación a través de toda la Isla. Por ejemplo, se han establecido servidumbres de conservación para 39 cuerdas en el área de Tanamá en Arecibo, 211 cuerdas en Morovis, aproximadamente 200 cuerdas en Cayey y otra servidumbre de 450 cuerdas en el Caño Tiburones de Arecibo — mediante una colaboración con la Fundación Puertorriqueña de Conservación y Ciudadanos en Defensa del Ambiente (CEDDA) en el Caño Tiburones.
La Reserva Natural de Caño Tiburones, de unas 3,400 cuerdas se logró establecer a finales de la década de los 90, luego de llevar un caso legal, junto a Ciudadanos en Defensa del Ambiente de Arecibo lo cual culmino en en establecimiento de la Reserva Natural Caño Tiburones.
El logro más significativo desde el punto de vista de conservación fue la declaración del “Plan y Reglamento del Área de Planificación Especial del Carso” por parte de la Junta de Planificación y el D.R.N.A. en el 2014, luego de 12 años de llevar un caso en el Tribunal de Primera Instancia por violación a la Ley 292, Ley de la Protección de la Fisiografía Cárstica de Puerto Rico se logró el reglamento PRAPEC. A través de la misma se le proveyó categoría de suelos especialmente protegidos a más de 232,000 cuerdas en el karso por su valor ecológico, geológico e hidrológico.